Menudas bolas del oeste corrían por el muro de la página de Picatoste cuando la semana pasada pedíamos recomendaciones a nuestro pequeña y recién estrenada comunidad de followers en facebook para ir a un restaurante. Así, en general, un restaurante cualquiera.
No respiró nadie.
Me dio tanta pena que se hizo necesidad el darse un homenaje.
El destino final fue Los Jardines de Arbesú, en el concejo de Siero, que ya lo conocíamos y sabíamos que no nos iba a fallar.
Y un pony.
Dicen que dentro de Alf hay un chino. Pues dentro de este pony está Alf.

Yo recordaba haberme comido aquí hace muchos años una fabada tremendísima y pensaba repetir pero al llegar nos encontramos con que había unas Jornadas Gastronómicas de la Matanza y sin mucho miramiento cambié de planes.
Tarta de turrón helado. Casera, muy golosa.
Me siento fatal por haberme ido de allí sin preguntar cómo se llamaba el pony.
No respiró nadie.
Me dio tanta pena que se hizo necesidad el darse un homenaje.
El destino final fue Los Jardines de Arbesú, en el concejo de Siero, que ya lo conocíamos y sabíamos que no nos iba a fallar.
Primera pista: un sitio en el que tienen pitas no puede ser malo.
Hago la foto así tras la verja, como que las estoy espiando. Rebelión en la granja.
Y un pony.
Dicen que dentro de Alf hay un chino. Pues dentro de este pony está Alf.

Yo recordaba haberme comido aquí hace muchos años una fabada tremendísima y pensaba repetir pero al llegar nos encontramos con que había unas Jornadas Gastronómicas de la Matanza y sin mucho miramiento cambié de planes.
Pote: me apetece.
Sopa: si.
Callos: sí.
Hígado: también.
A continuación la importantísima foto del pan. Barra clásica sin rollos panarras.
Llega la sopa de ave.
Con la pasta muy hecha los italianos se desesperan, se enfadan y no respiran pero en Asturias entendemos que los fideos pasados de cocción son típicos de casa de pueblo. El caldo gordito, casi consomé.
El pote con poca faba, como se hace originalmente. Sin exceso de grasa, con los trozos de patata, berza y compango en condiciones, sin llegar a ser pedrolos. Correctísimo todo.
Lenguado frito para los del menú, que no querían hablar con la boca llena pero levantaron el pulgar cuando les preguntamos.
Aquí media de callos, toque picante. Melosísimos y un pelín más tersos que los avilesinos.
La tarta de nuez jugosa y esponjosa. Muy suave de sabor.
Tarta de turrón helado. Casera, muy golosa.
Y la tarta de queso, de las "flaneras", estilo moderno. Yo personalmente confiaba en que fuese de las bizcocheras por aquello del estilo tradicional del restaurante pero reconozco que estas tartas de queso de untar me flipan.
El sitio tiene Llagar, allí hacen la sidra Arbesú. Pensaba hacer unas fotos al salir pero los callos y el Ramón Bilbao me hicieron olvidar.
Me dio la cabeza eso sí para un par de fotillos de algún rincón y la sala donde celebran bodas y eventos.
Resumiendo: Los Jardines de Arbesú es un sitio donde comer típicamente asturiano, justo como se haría en casa. Cocina auténtica sin florituras, como el sitio. Sólo me chocó lo de la tarta de queso pero se lo perdonamos porque la gente de Arbesú es de lo más maja. Y esto en serio, especialmente amables.
Los Jardines de Arbesú abre los viernes, sábados, domingos y festivos. El menú nos costó 17€ y los precios de la carta pueden verse en su web.
Me siento fatal por haberme ido de allí sin preguntar cómo se llamaba el pony.
Los Jardines de Arbesú
El Campo 19, Santa Marina, Siero.
Restaurante Los Jardines de Arbesú
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enero 25, 2018
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